La mortalidad materna e infantil en Darfur Sur alcanza tasas alarmantes
Un informe de MSF revela que la región está experimentando uno de los peores índices de fallecimientos de mujeres embarazadas y parturientas, la mayoría por causas evitables
Nyala (Darfur Sur), 24 de octubre.- El estado de Darfur Sur, en Sudán, está sufriendo una de las peores emergencias de salud materno-infantil del mundo. Según un informe elaborado por Médicos Sin Fronteras (MSF), el índice de desnutrición infantil en la región se encuentra muy por encima de los umbrales de emergencia y el número de fallecimientos de mujeres embarazadas y parturientas ha alcanzado unos niveles sin precedentes. La mayoría de las muertes se produjeron, además, por causas evitables.
El informe, titulado Driven into oblivion: The Toll of Conflict and Neglect on the Health of Mothers and Children in South Darfur, revela que, entre enero y agosto de 2024, el número de muertes maternas notificadas en dos de los centros apoyados por MSF en Darfur Sur fue superior al registrado en todos los países de Europa Occidental en un año. En la misma línea, supera en un 7% al total de fallecimientos maternos que se produjeron en 2023 en todas las instalaciones de MSF alrededor del mundo.
Informe sobre salud materno-infantil en Darfur Sur
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En total, en los primeros ocho meses del año se reportaron 46 muertes en los hospitales de Nyala y Kas, donde los equipos de MSF prestan atención obstétrica y otros servicios. La escasez de centros de salud y el coste de transporte, inasequible para la mayoría, hacen que muchas mujeres lleguen a las instalaciones sanitarias en estado crítico. De hecho, casi ocho de cada diez fallecimientos se produjeron en las primeras 24 horas tras el ingreso.
Uno de los principales elementos que agrava esta crisis sanitaria es el conflicto armado en Sudán, que suscita la escasez de suministros y el desplazamiento forzado de la población, que huye para escapar de la violencia. De hecho, el estado de Darfur Sur alberga el mayor número de desplazados internos de todo el país. Esto se suma al bloqueo y restricciones de acceso a la ayuda por parte de las partes beligerantes y otros grupos armados, lo que empeora aún más la situación.
"Esta es una crisis como ninguna otra que haya visto en mi carrera", afirma la doctora Gillian Burkhardt, responsable de actividades de salud sexual y reproductiva de MSF en la ciudad de Nyala, en Darfur Sur. "Se están produciendo simultáneamente múltiples emergencias sanitarias y ni la ONU ni otros organismos internacionales están respondiendo adecuadamente. Los recién nacidos, las mujeres embarazadas y las madres primerizas mueren en cifras alarmantes por complicaciones que podrían prevenirse con una atención básica".
La septicemia fue la causa más común de muerte materna en los centros de Darfur Sur, representando casi un tercio de los fallecimientos. La falta de instalaciones sanitarias obliga a las mujeres a dar a luz en entornos insalubres que carecen de artículos de higiene básica como jabón, esterillas limpias para el parto o instrumental esterilizado, entre otros. Sin estos productos básicos, las mujeres contraen infecciones, lo que, unido a la escasez de antibióticos, provoca que las pacientes no tengan opciones de tratamiento al llegar al hospital.
"Recién nacidos, mujeres embarazadas y madres primerizas mueren en cifras alarmantes por complicaciones que podrían prevenirse con atención básica", asevera Gillian Burkhardt, responsable de salud sexual y reproductiva de MSF en Nyala.
"Una paciente embarazada de una zona rural tuvo que esperar dos días para reunir el dinero necesario para recibir atención", cuenta Maria Fix, jefa del equipo médico de MSF en Darfur Sur. "Cuando finalmente llegó a un centro de salud, no tenían medicamentos, así que volvió a casa. Al cabo de tres días, su estado empeoró, pero de nuevo tuvo que esperar cinco horas para ser trasladada. Ya estaba en coma cuando llegó a nosotros. Murió de una infección evitable", asevera.
La desnutrición infantil, una emergencia grave
La crisis en Darfur Sur no solo afecta a las madres, sino que se extiende a los niños, con miles al borde de la muerte y la inanición. En agosto, MSF hizo pruebas de desnutrición a 30.000 niños menores de dos años en Darfur Sur. Los resultados mostraron que el 32,5% sufría desnutrición aguda. Esta cifra se sitúa muy por encima del umbral de emergencia del 15% establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, el 8,1% de los niños examinados estaban gravemente desnutridos.
Otros, por el contrario, mueren de enfermedades prevenibles. Entre enero y junio de este año, 48 recién nacidos fallecieron de septicemia en los hospitales Nyala Teaching y Kas Rural. O lo que es lo mismo: uno de cada cinco recién nacidos que contrae septicemia no sobrevive.
En todo Sudán, las crisis interrelacionadas se acumulan y amenazan con atrapar a las familias en ciclos prolongados de desnutrición, enfermedad y deterioro de la salud que se extienden a lo largo de generaciones. Una paciente de MSF describe esta realidad. "La madre de unos gemelos murió de una hemorragia grave, dejando atrás a otros ocho niños", relata. "Mi marido y yo intentamos cuidar de ellos, pero no ganamos lo suficiente para alimentarlos. Ahora somos 13 en la casa. Estamos luchando, comiendo gachas y salsa con un poco de sal, poco o nada de aceite y hojas verdes".
Una situación que critica duramente Burkhardt. "La disparidad entre las enormes necesidades de atención sanitaria, alimentos y servicios básicos y la falta constante de respuesta internacional es vergonzosa", afirma esta profesional, que trabajó en Darfur Norte antes de su misión en Darfur Sur.
"Pedimos a los donantes, a la ONU y a las organizaciones internacionales que aumenten urgentemente la financiación de los programas de salud materna y nutrición. Sabemos que Sudán es un lugar difícil para trabajar, pero esperar a que los retos desaparezcan por sí solos no lleva a ninguna parte. Hay que gestionar los riesgos y encontrar soluciones antes de que se pierdan más vidas", concluye.
Antes de la guerra, Nyala, la capital de Darfur Sur, era un centro neurálgico para las organizaciones humanitarias. Pero al comenzar el conflicto, la mayoría de las entidades abandonaron la región y todavía no han regresado. De hecho, la ONU sigue sin tener personal internacional en la ciudad. MSF es una de las pocas organizaciones internacionales presentes.
"Pedimos a los donantes, a la ONU y a las organizaciones internacionales que aumenten urgentemente la financiación de los programas de salud materna y nutrición", subraya Burkhardt.
MSF hace un llamamiento a la ONU para que actúe con decisión y evite más pérdidas de vidas humanas en Darfur. Es vital que el organismo acelere el regreso de su personal y sus organismos a Darfur y aprovechar todos los recursos disponibles y su influencia política para garantizar que la ayuda llega a quienes la necesitan. Solo una respuesta internacional coordinada, respaldada por una financiación sólida y presión sobre las partes beligerantes, puede evitar la hambruna masiva y aliviar el sufrimiento de millones de personas.
Información de contexto: desde enero de 2024, MSF ha apoyado los servicios de salud materna de Darfur Sur ellos en hospitales y centros de atención primaria del Ministerio de Salud mediante la rehabilitación de infraestructuras críticas, incentivos al personal, apoyo logístico y técnico, supervisión clínica, suministros médicos y gastos de funcionamiento. En concreto, MSF presta apoyo en el Hospital Universitario de Nyala, el hospital rural de Kass, el hospital de Al-Wahda, el centro de atención primaria de Bileil, en Nyala y tres centros de atención primaria en región de Jebel Marra Sur. Además de estas instalaciones, la organización también está presente en clínicas para mujeres en el campo de desplazados internos de Kalma, Dreij y Otash. Entre enero y agosto, los equipos de MSF en Darfur Sur atendieron 12.600 consultas prenatales y postnatales y asistieron 4.330 partos.
Carlos Bustamante
Mila Font
Muskilda Zancada
Nagore Eskisabel