‘Nadie vino a rescatarnos’: la nueva normalidad de las políticas migratorias de la UE en el Mediterráneo central
MSF denuncia la inacción deliberada de los Estados europeos y el aumento de muertes en el mar que genera en el año más mortífero desde 2017
Madrid / Roma, 22 de noviembre de 2023.- Con casi 2.200 niños y niñas, mujeres y hombres desaparecidos o muertos en el Mediterráneo central en lo que llevamos de año, 2023 ya se ha ganado el nada envidiable récord de ser el año más mortífero en esta ruta migratoria desde 2017. En su nuevo informe, ‘Nadie vino a rescatarnos’, Médicos Sin Fronteras (MSF) denuncia las prácticas fronterizas violentas y la inacción deliberada de los Estados europeos, que han provocado más muertes en el mar.
En este informe, basado en datos médicos y operativos recogidos por MSF a bordo de su buque de rescate Geo Barents, la organización humanitaria documenta numerosos casos en los que los Estados costeros europeos ponen, conscientemente, en peligro la vida de las personas al retrasar, no coordinar eficazmente los rescates y/o al facilitar las devoluciones a lugares inseguros. El informe también detalla los niveles extremos de violencia de la ruta que los supervivientes denuncian a los equipos de MSF a bordo del Geo Barents.
Informe MSF 'Nadie vino a rescatarnos' en inglés.pdf
PDF - 4.3 Mb
En 2023, el número de personas que llegan a las costas italianas a través de la ruta del Mediterráneo central se ha más que duplicado en comparación con el mismo periodo del año anterior, y Túnez ha superado a Libia como principal punto de partida. Este aumento significativo de las salidas, unido a la falta de capacidades y recursos estatales de salvamento, ha traído como consecuencia un incremento de embarcaciones en peligro y de naufragios. Desde principios de año, una media de ocho personas ha perdido la vida o han desaparecido cada día en esta ruta.
Testimonios de supervivientes.docx
DOCX - 314 Kb
Falta de asistencia letal
Indiferentes al inmenso sufrimiento que se está produciendo a sus puertas, la Unión Europea y sus Estados miembros han seguido invirtiendo en políticas, leyes y prácticas migratorias perjudiciales que muestran poca o ninguna consideración por el coste humano que estas tienen. Mientras el equipo de MSF en el Mediterráneo sigue siendo testigo de devoluciones forzosas a Libia1, los nuevos acuerdos con terceros países, como Túnez este verano y más recientemente con Albania, son los últimos y preocupantes intentos en Europa de desviarse de las obligaciones de los Estados de asistir a las personas que buscan protección.
"Una vez más, se prioriza la disuasión y la contención por encima de los derechos y la vida de las personas", se lamenta Juan Matías Gil, coordinador de las operaciones de búsqueda y rescate de MSF.
A principios de 2023, el Gobierno italiano adoptó nuevas normas que obstruyen las actividades de salvamento dirigidas por ONG en el mar, con consecuencias mortales que limitan gravemente la asistencia humanitaria y amplían el vacío en las operaciones de rescate en el Mediterráneo Central. En los nueve primeros meses de 2023, las autoridades italianas detuvieron a seis buques de rescate de ONG, entre ellos el Geo Barents, en virtud de la nueva ley. Estas paralizaciones sumaron 160 días —más de cinco meses— en los que estos buques de las ONG estuvieron detenidos y no pudieron realizar rescates y evitar la pérdida de vidas.
Además, la práctica habitual de asignar puertos lejanos a los buques de las ONG obligó al Geo Barents a recorrer 28.000 kilómetros más —lo que equivale a unos 70 días de navegación extra— para llegar a puertos innecesariamente lejanos y regresar de ellos.
"Además de retrasar el acceso de los supervivientes a una asistencia médica adecuada, protección y servicios de acogida en tierra, fueron días en los que se nos mantuvo deliberadamente alejados de la asistencia a personas en peligro en el mar. Aunque las nuevas normas italianas van dirigidas a las ONG, el verdadero precio lo pagan quienes huyen a través del Mediterráneo central, que se quedan sin asistencia", añade Gil.
Por otro lado, en 2022, una de cada cuatro embarcaciones rescatadas por MSF había sido avistadas desde el puente de mando del buque, lo que significa que pudieron ser encontradas gracias al patrullaje activo en la zona y no después de una llamada de socorro que permite contar con unas coordenadas. Esta cifra se ha reducido drásticamente en 2023 a causa de la obligación de regresar a puerto inmediatamente después de cada rescate.
A bordo del Geo Barents, MSF también fue testigo de primera mano de flagrantes violaciones de derechos en las que Italia y Malta no coordinaron los rescates ni garantizaron la asistencia a las personas en riesgo de ahogamiento, lo que provocó retrasos en los rescates o que no se produjera ningún salvamento. En varias ocasiones, las autoridades italianas han ordenado a los buques de las ONG que no presten asistencia a embarcaciones en peligro y las han obligado a dirigirse a puerto inmediatamente.
Por su parte, Malta se ha desentendido sistemáticamente de los rescates en los últimos años. A pesar de los convenios y reglamentos marítimos y la propia legislación maltesa que obliga a las autoridades a proporcionar "un servicio de búsqueda y salvamento adecuado y eficaz", estas han ignorado las llamadas de socorro. Entre enero y septiembre de 2023, MSF realizó 33 rescates dentro de la región maltesa de búsqueda y rescate. Ninguno de ellos fue coordinado por las autoridades responsables. En junio, MSF documentó al menos una muerte como resultado directo de la política sistemática de Malta de no prestar asistencia en el mar.
Además de no coordinar los rescates, MSF ha documentado casos en los que las autoridades maltesas han ignorado casos de socorro en su propia área de responsabilidad a pesar de tener conocimiento de ellos. En algunos casos, los recursos malteses estaban incluso físicamente en el lugar de los hechos.
"¿Cuántas muertes más en el Mediterráneo central necesitan los Estados europeos para detener su enfoque hostil e inhumano?", denuncia Juan Matías Gil. "Instamos a la Unión Europea y a sus Estados miembros, especialmente a Italia y Malta, a que cambien inmediatamente de rumbo para dar prioridad a la seguridad de quienes buscan refugio en las costas europeas", añade.
Rutas violentas
Entre enero y septiembre de 2023, el equipo médico de MSF realizó 3.660 consultas a supervivientes en el Geo Barents. Las personas rescatadas sufrían a menudo problemas de salud directamente relacionados con las peligrosas travesías marítimas, como quemaduras por combustible, intoxicación por inhalación de este, hipotermia y deshidratación.
Muchos supervivientes también sufrieron problemas médicos relacionados con las inhumanas condiciones de vida durante su cautiverio en Libia, como infecciones cutáneas y heridas no tratadas. Además, 273 pacientes presentaban graves traumas relacionados con la violencia, como cicatrices de heridas de bala o palizas, embarazos no deseados causados por la violencia sexual y niveles preocupantes de angustia psicológica, como ansiedad, pesadillas y recuerdos.
"Desde hace más de dos años, los equipos de MSF a bordo del Geo Barents tratan los impactos en la salud física y mental de las políticas migratorias europeas. Las heridas y las historias de los pacientes reflejan la magnitud de la violencia a la que fueron sometidos en su país de origen y a lo largo de su viaje, incluso en Libia y Túnez", concluye Gil, coordinador de las operaciones de búsqueda y rescate de MSF.
1 Desde 2017, más de 120.000 personas han sido interceptadas en el mar por los guardacostas y devueltas a Libia.
MSF ha desarrollado actividades de búsqueda y rescate desde 2015, trabajando en ocho buques de salvamento diferentes (solos o en asociación con otras ONG). Desde entonces, sus operaciones han rescatado a más de 90.000 personas. Desde el lanzamiento del Geo Barents, en mayo de 2021, y hasta noviembre de 2023, MSF ha rescatado a 9.762 personas (4.011 de ellas en 2023), ha recuperado los cuerpos de 11 personas y ha asistido en el parto de un bebé.
Carlos Bustamante
Mila Font
Muskilda Zancada
Nagore Eskisabel