Una guerra contra las personas

El brutal conflicto en Sudán cumple dos años convertido en la mayor crisis del mundo ante el abandono de la comunidad internacional y la falta de ayuda humanitaria

Mientras compraba con su madre en un mercado cercano, esta niña de 20 meses fue alcanzada por la metralla tras la explosión de una bomba. Junto con otras víctimas, fue trasladada al Hospital Universitario Bashair. Mientras el equipo la colocaba con cuidado en la mesa de rayos X, parte del frágil cráneo de la pequeña se desprendió y cayó sobre la mesa. Un equipo de urgencias de MSF operó a la niña y pudo salvarle la vida. MSF
Mientras compraba con su madre en un mercado cercano, esta niña de 20 meses fue alcanzada por la metralla tras la explosión de una bomba. Junto con otras víctimas, fue trasladada al Hospital Universitario Bashair. Mientras el equipo la colocaba con cuidado en la mesa de rayos X, parte del frágil cráneo de la pequeña se desprendió y cayó sobre la mesa. Un equipo de urgencias de MSF operó a la niña y pudo salvarle la vida. MSF

Port Sudan / Barcelona, 14 de abril de 2025.- Mañana martes 15 de abril se cumplen dos años de guerra en Sudán entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS), con seis de cada diez sudaneses en necesidad de ayuda humanitaria. Este conflicto representa la mayor crisis de desplazamiento del mundo con más de 13 millones de personas, uno de cada cuatro sudaneses, obligadas a abandonar sus hogares: 8,9 millones siguen desplazadas dentro de Sudán, mientras que 3,9 millones han cruzado a países vecinos, según Naciones Unidas.

El conflicto entra en su tercer año marcado por la violencia indiscriminada, los desplazamientos masivos, la escasez de alimentos, crisis sanitarias simultáneas y una atención médica limitada ante el abandono por parte de la comunidad internacional. En muchas partes del país, la presencia humanitaria internacional sigue siendo limitada o inexistente. La respuesta humanitaria en Sudán no está ni de lejos a la altura de las necesidades y está gravemente infra financiada. ​

Durante los dos últimos años, tanto las FAR como FAS han bombardeado repetida e indiscriminadamente zonas densamente pobladas. Las FAR y las milicias aliadas han desatado una campaña de brutalidad, que incluye violencia sexual sistemática, secuestros, asesinatos en masa, saqueo de ayuda y ocupación de instalaciones médicas. Ambos bandos han asediado ciudades, destruido infraestructuras vitales y bloqueado la ayuda humanitaria.

Instalaciones sanitarias destruidas
Más del 70% de los centros de salud de las zonas afectadas por el conflicto apenas están operativos o están completamente cerrados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo que deja a millones de personas sin acceso a atención crítica. Desde que empezó la guerra, MSF ha registrado más de 80 incidentes violentos contra su personal, infraestructuras, vehículos y suministros y los centros sanitarios a los que da apoyo. Las clínicas han sido saqueadas y destruidas, los medicamentos robados y el personal sanitario agredido, amenazado y asesinado.

“En estos dos años, el conflicto en Sudán se ha caracterizado por el desprecio a la vida de la población civil y de los trabajadores sanitarios, y a la integridad de las instalaciones médicas”, señala Mercè Rocaspana, responsable médica de MSF para Sudán.

“Las necesidades médicas están estrechamente relacionadas con el conflicto, heridos de guerra (MSF ha tratado a más de 12.000 pacientes -entre ellos mujeres y niños- por traumatismos directamente derivados de ataques violentos), pero también con la falta de acceso a la atención sanitaria y a las condiciones generadas por la guerra y el desplazamiento. Estamos viendo muchos casos de desnutrición, sobre todo en niños menores de cinco años y en embarazadas”, explica Rocaspana.

Mercè Rocaspana, responsable médica de MSF para Sudán

"Los brotes de sarampión, cólera y difteria se están extendiendo, impulsados por las malas condiciones de vida y la interrupción de las campañas de vacunación. Estas crisis agravadas reflejan no sólo la brutalidad del conflicto, sino también las nefastas consecuencias del desmoronamiento del sistema público de salud y del fracaso de la respuesta humanitaria", añade Marta Cazorla, coordinadora de Emergencias de MSF en Sudán.

Toda la región de Darfur se enfrenta a un fuerte aumento de casos sospechosos de sarampión. Se trata de una tendencia observada por MSF en la mayor parte de localidades en las que está presente. En Forbrenga (Darfur Occidental), los equipos de MSF instalaron una sala de aislamiento de diez camas para poder hospitalizar a los casos más graves: en solo una semana tuvieron que duplicar la capacidad. Estas explosiones de casos sospechosos de una enfermedad prevenible mediante vacunación es una prueba más del terrible impacto del conflicto en el sistema sanitario, en la disponibilidad de vacunas y en la posibilidad de suministrarlas a través de las fronteras y los frentes de batalla.

Las mujeres embarazadas se ven especialmente afectadas por la falta de acceso a la atención sanitaria. El conflicto en curso tiene profundas repercusiones en la salud de las embarazadas y sus bebés. Muchas embarazadas llegan desnutridas a los hospitales, lo que a menudo provoca partos prematuros y desnutrición. En octubre, en dos centros apoyados por MSF en Nyala, capital de Darfur Sur, el 26% de las mujeres embarazadas y lactantes que buscaban atención estaban gravemente desnutridas

Vídeocomunicado: Embarazadas y desplazadas en Darfur, hospitales y entrevistas a personal de MSF

Desnutrición
La mitad de la población de Sudán se enfrenta a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda. De ellas, 8,5 millones se enfrentan a una situación de emergencia o similar a la hambruna, según el último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases (CIF). En ningún otro lugar del mundo la gente pasa hambre a esta escala, y se está extendiendo. Según la ONU, Sudán es actualmente el único lugar del mundo donde se ha declarado oficialmente la hambruna en varios lugares. Sin una intervención humanitaria urgente, cientos de miles de vidas corren peligro. ​

MSF ha alertado de preocupantes tasas de desnutrición en múltiples áreas, tanto en plena temporada de escasez el año pasado como en fechas recientes, que muestran la profundidad de la crisis de desnutrición:

  • En marzo, MSF apoyó campañas de vacunación de actualización multiantígeno para niños menores de dos años en el sur de Darfur. ​ Los más de 17.000 niños vacunados también fueron sometidos a cribados de desnutrición, que mostraron que el 7% de ellos sufría desnutrición aguda severa y el 30% desnutrición aguda global.
  • En diciembre, en Tawila (norte de Darfur), los equipos de MSF examinaron a más de 9.500 niños menores de 5 años. Constataron una asombrosa estimación de desnutrición aguda global del 35,5%, con un 7% de niños con desnutrición aguda grave.
  • En septiembre, el 34% de los 29.300 niños examinados por MSF durante una campaña de vacunación en el campo de Zamzam sufrían desnutrición aguda. Zamzam fue el primer lugar en el que se declaró la hambruna en agosto del año pasado y, desde entonces, se ha extendido a otras diez zonas. Otras 17 regiones están al borde de la hambruna.

La crisis de desnutrición provocada por el conflicto se ha visto agravada por la continua obstrucción de la ayuda por ambas partes beligerantes de Sudán y por la inoperatividad de la ONU y del sistema de ayuda en Darfur.

“La magnitud de la crisis es de tal nivel que se requiere una escalada de toda la ayuda humanitaria. Para ello, las agencias de Naciones Unidas y organismos internacionales deben aumentar su financiación y su respuesta y las partes beligerantes permitir el acceso y garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios y de los suministros”, concluye Rocaspana.

MSF reitera su llamamiento a las partes beligerantes y a sus aliados, para que garanticen la protección de la población civil, del personal humanitario y sanitario, así como el levantamiento inmediato de todas las restricciones a los movimientos de suministros y personal humanitarios para que lleguen a quienes más lo necesitan, especialmente ahora que se acerca la estación de lluvias y que coinciden con los mayores picos de desnutrición.


Médicos Sin Fronteras reforzó su respuesta en el país tras el estallido del conflicto para responder. Actualmente, sus equipos, compuestos por más de 1.800 personas —la mayoría sudanesas— ​ trabajan en 10 de los 18 estados del país a ambos lados de la línea de frente. La organización presta apoyo a 22 hospitales y 42 centros de salud y clínicas móviles. 

En estos dos años, más de 1,7 millones de personas han acudido a consultas médicas en los centros médicos apoyados por MSF. Sus equipos han ingresado a más de 320.000 personas en urgencias, asistido más de 35.300 partos y practicado 6.400 cesáreas , atendido más de 174.000 casos de malaria y prestado tratamiento a más de 67.000 niños menores de dos años con desnutrición. MSF también está respondiendo en Chad y Sudán del Sur, donde más de 3,8 millones de personas se han refugiado desde el inicio de la guerra en el país vecino. ​ ​


Carlos Bustamante

Carlos Bustamante

Delegado de Andalucía, Canarias, Extremadura, Ceuta y Melilla, Médicos Sin Fronteras
Mila Font

Mila Font

Delegada Comunidad Valenciana, Cataluña, Baleares y Murcia, Médicos Sin Fronteras

 

Muskilda Zancada

Muskilda Zancada

Delegada de la Oficina Centro: Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla León y Aragón, Médicos Sin Fronteras

 

Nagore Eskisabel

Nagore Eskisabel

Delegada de MSF en Asturias, Cantabria, Galicia, La Rioja, Navarra y País Vasco, Médicos Sin Fronteras

 

 

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Sobre Médicos Sin Fronteras. Prensa Regional

Médicos Sin Fronteras es una organización médico-humanitaria internacional que asiste a poblaciones en situación precaria ya víctimas de catástrofes de origen natural o humano y de conflictos armados, sin discriminación por raza, género, religión o ideología política. Su presencia independiente e imparcial en las crisis le permite dar una asistencia inmediata a las personas más necesitadas. La acción médica es la prioridad de MSF, pero la organización también recurre al testimonio como medio para provocar cambios en favor de las poblaciones a las que asiste.